Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina y la caravana es un clásico que está ahora más de moda que nunca. Todo un estilo de vida para los miles de conductores que prefieren la libertad de movimiento que prestan este tipo de vehículos, a las limitaciones de un viaje convencional. Desde Arval, nos, ofrecen cinco consejos claves para disfrutar de las vacaciones sobre ruedas.
1.- Todo en orden
Hay que tener en cuenta que para conducir un remolque no siempre sirve el carnet de conducir tipo B, pues con él solo se pueden conducir remolques con un peso inferior a 750 kg. En caso de que la suma de pesos entre el propio coche y el remolque sea de menos de 4.250 kg, se necesita el carnet B96; si entre ambos vehículos suman entre 4.250 kg y 7.000 kg, se necesita el permiso B+E; por último, si el peso de los dos es superior a 7.000 kg, el carnet requerido es el de camión C+E. Además, el remolque necesita su correspondiente seguro. Si el peso es inferior a 750 kg no es necesario, ya que queda protegido por el seguro del vehículo, pero si pesa más, habrá que contratar el seguro correspondiente.
2.- Elige el coche apropiado
Antes de emprender el viaje con el remolque, es imprescindible asegurarse de que nuestro coche es apto para transportarlo. No todos los coches pueden hacerlo, por lo que hay que confirmarlo en la ficha técnica, así como el peso que pueden soportar detrás, pues de lo contrario, el vehículo podría sufrir graves desperfectos. Normalmente, el peso que puede remolcar no debe superar la mitad del peso del propio coche.
3.- Acondicionamiento previo
Para emprender el viaje con toda la tranquilidad hay que realizar una serie de tareas previas. En primer lugar, hay que comprobar la presión de todas las ruedas. Además, es muy importante nivelar bien los pesos entre ambos vehículos. Es recomendable no cargar demasiado el maletero del coche para que la parte trasera no baje de altura. Asimismo, en el remolque hay que intentar que el centro de gravedad quede justo delante de las ruedas, lo más bajo posible, pues si el centro está demasiado adelantado puede llegar a no girar.
4.- La velocidad cambia
Por otro lado, hay que conocer las velocidades permitidas para los vehículos con remolque. En autopistas y autovías, el límite de velocidad para un vehículo con un remolque de menos de 750 kg es de 90km/h; si pesa más de 750 kg, el límite es de 80 kh/h. En carreteras convencionales todos deberán conducir como máximo a 80 km/h, mientras que en el resto de vías fuera de poblado, el límite es de 70 km/h. En centros urbanos hay que adaptarse a una velocidad máxima de 50 km/h o 30 km/h, según se establezca. Por último, si se circula por caminos, hay que bajar el cuentakilómetros a 25km/h.
5.- Y en carretera…
Una vez en carretera hay que tener siempre muy presente que la distancia de seguridad debe aumentar respecto al vehículo precedente, porque en caso de tener que hacer una frenada de emergencia se necesita más espacio disponible. A la hora de adelantar, hay que disponer de más metros, ya que ahora el vehículo tiene mayor longitud y la maniobra será más larga. Por último, uno de los retos de conducir con remolque son las pendientes, que ponen a prueba nuestra pericia como conductores. Para subir, es mejor utilizar marchas cortas para que el motor no caiga de vueltas y sufra en exceso. En la bajada, siempre con calma y el freno ligeramente pisado. Además, hay que poner atención al aparcar. La acampada libre no está permitida, de manera que será necesario buscar un camping o zonas habilitadas específicamente, para pasar la noche.
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