Renault ya estaba presente en el segmento de los SUV medios con el Koleos, pero no acabó de cuajar, ahora la marca del rombo ha lanzado un modelo muy interesante para pelear con el Nissan Qashqai y compañía.
El Kadjar se sitúa a medio camino entre el Qashqai y el X-Trail, pero su precio se sitúa por debajo del pequeño de los Nissan, del que hereda plataforma y sistema de tracción total, toda una garantía.
Comparte casi la mitad de componentes con el Qashqai, algo que su estampa general ya deja apreciar, pero toda la carrocería por fuera es específica de Renault, como lo es también el habitáculo y hasta los asientos.
Nosotros nos llevamos el Kadjar a la nieve, para probar su sistema de tracción total sobre superfícies deslizantes y un poco de Off Road, el resultado, sin tacha, la motricidad fue excelente a pesar de llevar neumáticos asfálticos, y respecto a la versión 4×2, el comportamiento es mucho más sano, gracias a la más elaborada suspensión trasera.
En carretera la pisada es de berlina grande, estable y bien asentado, su suspensión más cómoda que deportiva filtra bien las irregularidades del asfalto.
En tramos de curvas inclina, pero el buen hacer de sus suspensiones y control de estabilidad, permiten un ritmo movidito, algo menos que otros modelos menos polivalentes, ya que si van como un tabla en curvas, en pistas rebotan como una pelota de goma.
En pistas forestales y caminos en mal estado es dónde vemos su doble personalidad, ya que permite circular cómodamente sin sufrir de dolor de espalda a los pocos metros. También este trazado nos permitió valorar los buenos acabados y ajustes de todo el coche, ya que no aparecieron ni crujidos ni grillos.
La ciudad no se le da nada mal, ya que la posición elevada de conducción y la buena visibilidad, sumadas a una dirección suave, nos permiten callejear con comodidad y confianza.
El motor es el sobradamente conocido 1,6 dCi en versión de 130 cv vibra poco y se deja oír poco en el habitáculo. No es un motor muy prestacional ya que está más pensado para consumir poco y ofrecer un agrado de uso elevado que para ir en modo racing, pasa de 0 a 100 en unos decentes 11 seg, pero cumple bien para mover este coche en la vida real, especialmente ayudado por su cifra de par (320 Nm desde 1.750 rpm) y tiene unos buenos bajos, tanto pensando para arrancar desde parado, como moviéndose por montaña.
El consumo durante el test fue muy bueno, situándose en unos soberbios 5,4 litros a los 100 kilómetros, una cifra inalcanzable para la mayoría de sus rivales.
El cambio de seis relaciones tiene un buen tacto y está bien pensado, con una escalado muy acertado.
El salpicadero es de calidad, con plásticos blandos en su parte superior y sensación de buenos ajustes. Los asientos ofrecen una buena sujeción lateral y son cómo en todo Renault confortables. La fila trasera de asientos es amplia, con buen espacio para dos adultos, pero justa para tres, tanto para rodillas como para hombros.
El maletero tiene 472 litros de capacidad, dispone de un doble fondo, muy útil para los que nos gusta llevar todo en su sitio. Los asientos traseros se abaten para ganar espacio de carga. Además, hay espacio longitudinal de dos metros y medio si abatimos hacia adelante el respaldo del pasajero, cosa que también se puede hacer.
Valoración Final. Con un precio en esta versión 4×4 de algo menos de 30.000, sin contar descuentos y asociado a un elevado equipamiento y un motor diesel de 130 caballos, el Kadjar tiene todas las armas para escalar en las listas de ventas, es un vehiculo interesante, cómodo y completo, un socio ideal para todo, desde llevar a los peques al cole pasando por escapadas al monte o largos viajes de vacaciones.
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