Ford ha realizado una importante apuesta por su tecnología Ecoboost, o lo que es lo mismo turboalimentación de motores de gasolina, una de las mejores maneras de bajar el consumo homologado de sus vehículos a base de reducir la cilindrada de los propulsores y añadir un turbo a su arquitectura.Esta nueva corriente a la que se han apuntado básicamente los constructores europeos tiene por bandera la reducción de consumos y por tanto de emisiones, pero también unas mejores prestaciones y agrado de uso. Empezando por el final diremos que en el caso del motor de un litro turbo de Ford, las prestaciones son mejores que el 1,6 al que sustituye y el agrado de conducción también, el consumo es algo más bajo si realizamos una conducción tranquila pero también los costes de mantenimiento y la posibilidad de padecer alguna avería, debido a la tecnología que incluye el pequeño motor.
Nuestra unidad de pruebas equipaba el motor de 125 caballos, el más potente de las diferentes declinaciones en las que tenemos disponible el propulsor 1.0 ecoboost. Este tricilindrico de inyección directa de gasolina sorprende por su baja rumorosidad, sus imperceptibles vibraciones y una respuesta progresiva desde bajas revoluciones.
Las prestaciones no son muy destacadas a pesar de la buena cifra de potencia debido a una caja de cambio de relaciones largas, que ofrece alguna ventaja en consumo pero penaliza a la hora de enfrentarse con el cronómetro. En concreto alcanza 193 Km/h y 11,3 segundos en pasar de 0 a 100 Km/h.
El consumo de nuestra unidad de pruebas fue bastante elevado, 6,8 litros a los 100 Km, pero sinceramente pensamos que era un problema de la unidad, ya que en el pasado habíamos probado otros Ford equipados con este motor y rondaban los 6 litros sin problema.
Como todo modelo de la marca del óvalo, la dirección, suspensiones y frenos rozan a gran altura aportando seguridad y confort y ofreciendo una facilidad de conducción muy elevada.
En cuanto a comportamiento, el Focus desde su primera generación ha sido uno de los referentes en la materia, siendo un modelo deportivo y divertido de conducir. En este caso le falta algún caballo para definirlo como rápido, pero se mueve con mucha agilidad en tramos de curvas y carreteras secundarias, con una suspensión que filtra bien las irregularidades.
En autopistas el Focus sobresale por su silencio de marcha y estabilidad, se conduce sin sobresaltos y muy aplomado. La ciudad no se le da mal pese a su pobre visibilidad trasera y en general en el perímetro del coche.
El interior está e la media de la categoría, no es tan ámplio como alguno de sus competidores, pero sobresale por calidad de materiales y capacidades de equipamiento multimedia y de seguridad, ahora muy mejorado una vez sustituida la minipantalla que montaba hasta hace algunos meses por otra táctil de mayor tamaño. El ordenador de a bordo sigue siendo algo complicado de usar y siguen habiendo demasiados botones en el volante.
Los asientos delanteros son cómodos y ofrecen múltiples regulaciones para conseguir una posición al volante perfecta. Detrás hay anchura para tres adultos pero la plaza central es demasiado angosta para un grandullón. Los 363 litros de capacidad de maletero son más que suficientes para llevar mucho equipaje, además la posibilidad de plegar el asiento trasero por partes mejora y mucho las posibilidades de transporte.
Valoración Final: Por 14.600 euros nos llevamos este compacto de buena factura, suficientes prestaciones y una imagen deportiva, la verdad es que es una buena compra sin duda.
Conócelo y pruébalo en: Romacar ABS