Mini ha sido la última marca en unirse a los fabricantes que están tratando de resolver el problema, cada vez más común, de que sus clientes abandonen la idea de tener un coche en propiedad a favor del car-sharing. La marca, propiedad de BMW, anunció ayer la opción de que sus compradores reduzcan el precio del coche posibilitando su renting a terceros.
Los fabricantes están buscando el modo de retener a una nueva generación de conductores que claramente prefieren la opción del car-sharing, nicho de mercado que además está aprovechando una pléyade de nuevas compañías.
Según una encuesta de AlixPartners en áreas metropolitanas de Estados Unidos, por cada coche de car-sharing que se pone a disposición de los conductores, se dejan de vender 32 vehículos en propiedad.
Aunque este tipo de movilidad todavía es residual, al copar sólo el 1% de los pasajeros en las grandes ciudades de Estados Unidos, Europa y Asia, se espera que su uso crezca exponencialmente en los próximos años.
La consultora Roland Berger, informa Reuters, dice que este mercado crecerá del orden del 30% anual y generará hasta 5.600 millones de euros en 2020.
El plan que ahora presenta Mini es, ni más ni menos, que adherirse a DriveNow, al servicio de car-sharing que ya presta BMW, lo que permitirá a los dueños de un Mini usar la misma aplicación móvil para que terceros conductores paguen por su uso. Su propuesta es novedosa, ya que deja la opción al dueño del coche de establecer un círculo de amigos y familiares que pueden localizar el coche y usarlo, mediante una app, y pagar por su uso.El resto de marcas están moviéndose en la misma dirección. Hace unos días, Ford anunciaba pruebas piloto de un servicio de car-sharing con otros socios en Estados Unidos y Londres. Faconauto.