Las ventas de coches a particulares, las que atienden directamente los concesionarios, se están ralentizando en lo que va de mes por la incertidumbre que existe respecto a si los compradores van a poder o no acogerse al PIVE 8 en las entregas que se realicen a partir del 31 de diciembre, fecha en el que el Plan finaliza, tal y como recogen sus bases, aunque no se hayan agotado sus fondos.
Hasta ayer, sólo se había consumido el 48% del presupuesto asignado al PIVE 8, que fue de 225 millones, por lo que, al ritmo actual y a falta de siete semanas para que se cierre 2014, será la primeva vez que no se consuman los fondos de un PIVE, del que sobrarían aproximadamente 100 millones de euros.
El sector está esperando un posicionamiento del Ministerio de Industria, que tiene que decidir si hay o no una prórroga, más allá de ese 31 de diciembre, para que se puedan acoger nuevas matriculaciones y, en consecuencia, consumir el citado remanente.
Serían muchas las operaciones que no se están cerrando por este motivo, si tenemos en cuenta que el 65% de las ventas en nuestro mercado son bajo pedido, con un periodo de entrega que oscila entre los 60 y los 90 días, dependiendo de si el coche se fabrica en España, procede de la UE o es importado. Gran parte de las ventas no se estarían materializando porque su entrega se haría ya en 2016, fuera del periodo de vigencia del PIVE 8.