La Organización Mundial de la Salud alerta de que son muchos los efectos a corto y largo plazo que la contaminación atmosférica urbana puede ejercer sobre la salud. Se calcula que en el mundo suman 1,3 millones las personas que mueren al año a causa de la contaminación ambiental y más de la mitad de esas defunciones ocurren en los países en desarrollo. En concreto, puede ser la causante del incremento del riesgo de padecer enfermedades cardíacas, problemas respiratorios y cánceres de pulmón.
La OMS sostiene que reducir las cifras promedio de contaminación atmosférica urbana en núcleos concretos podría lograr una disminución considerable de estos efectos nocivos para la salud a largo plazo. Por este motivo, proponemos una serie de recomendaciones que se pueden realizar desde el vehículo para contribuir a la reducción de la contaminación ambiental.
El coche siempre en buen estado. Para evitar un consumo de combustible incorrecto y que por consiguiente, esto repercuta negativamente en el volumen de contaminación. Unos neumáticos gastados o en mal estado, además de ser inseguros, provocan un gasto extra en el depósito. Además, el aceite y los filtros son dos elementos significativos que influyen de forma directa en el consumo de combustible
Apostar por una conducción tranquila, sin realizar cambios buscos de velocidad y utilizando la marcha más larga posible. Es fundamental lograr una velocidad de circulación en carretera lo más equilibrada y uniforme, sin frenazos ni acelerones.
Cuidar la temperatura interior del vehículo. Contar con un buen sistema de higienización que ayude a mantener el interior de nuestro vehículo con las condiciones de limpieza y temperatura ambiental óptimas. Mantener una temperatura del interior del vehículo entre 21º y 23º C permite que el consumo de carburante se optimice.
Adiós a los equipajes pesados. Llevar mucho peso en el vehículo implica siempre un consumo mayor. No usar baca si no es necesario porque también aumenta el consumo energético.