El Touareg nació para competir con los pesos pesados del Todo Terreno, tanto alemanes cómo Japoneses, y la verdad es que se hizo un espacio rápidamente, gracias a su combinación entre aptitudes 4×4, lujo y confort, la segunda generación es más liviana, ágil y más equipada, pero también algo más cara.
Hoy pasa por nuestras manos la versión “básica” del Toareg, un diesel de 6 cilindros y 3 litros de cilindrada que desarrolla 204 caballos con tecnología Bluemotion que, a priori, resulta más que suficiente teniendo en cuenta lo que andaba ya el anterior Toureg diésel de 174 caballos. Esta versión adopta un cambio automático de 8 velocidades sin reductora, cosa que le limita en Offroad puro y duro, pero que le beneficia en cuanto a peso.
Este motor es la versión descafeinada del 245 cv que hasta el momento ejercía de modelo de entrada, la verdad es que en marcha apenas se notan los caballos de menos y nuestro bolsillo si lo notará ya que valen la friolera de 4.000 euros.
Las prestaciones son muy buenas, con una aceleración de 0 a 100 Km/h en tan solo 9,2 segundos y una punta de 220 Km/h.
El consumo medio durante el test se situó en 9,2 litros a los 100 kilómetros, nada exagerado teniendo en cuenta que hicimos algo de 4×4, conducción sobre nieve y varios puertos de montaña.
El habitáculo es realmente espacioso, con unas plazas delanteras dignas del SUV de lujo en el que nos adentramos, su confort es elevado y las posibilidades de regulación infinitas.
La presentación es muy buena, por materiales y ajustes y otro tanto puede decirse de la ergonomía, aunque esta versión (que lleva cambio automático de ocho marchas)agradecería unas levas en el volante.
El salpicadero es sobrio y de mucha calidad, con una enorme pantalla LCD que preside la parte central y una disposición de los botones muy ordenada.
El maletero es grande, aunque no el mayor del segmento, pero con 580 litros, tenemos para mucho equipaje.
Su conducción es muy fácil y solo en ciudad y lugares estrechos su envergadura, nos hará ir con más cautela de lo habitual. En Autopista es sensacional, rápido, suave y muy aplomado, es un compañero de viaje increíble. En carreteras secundarias aunque el asfalto esté en mal estado, absorbe todas las irregularidades y aunque no lo parezca, va bastante bien en tramos virados. Nada tiene que envidiar a un SUV compacto.
En conducción sobre nieve nos dio mucha seguridad, pese a no llevar neumáticos de invierno, eran los de serie, traccionó sin problemas y circulamos durante unos kilómetros sobre nieve blanda sin problemas.
En conducción Off Road y pese a no llevar la opcional reductora, se mueve con soltura, sube por sitios impensables y gracias a la suspensión neumática y a la gran altura del suelo en su posición más elevada, disponemos de unas cotas TT envidiables.
Su única pega es que el motor se oye con mayor intensidad de lo deseado en arrancadas y aceleraciones, lo que le resta algo de confort y exclusividad.
Valoración Final. La versión básica de este 4×4 de lujo alemán tiene potencia y caché más que suficientes. Sus 60.400 euros de tarifa, hacen que no sea un coche barato, pero sin duda es equivalente a los mejores de la categoría, con un precio algo más ajustado y todo el lujo y equipamiento que se desee, ya que la lista de opciones es larga, muy larga. A nosotros nos ha gustado mucho.
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