No es necesario ser un aventurero ni un temerario para que en algunas épocas del año, sobretodo en primavera y otoño, nos tengamos de ver abocados a cruzar algún tipo de curso de agua, causado por lluvias torrenciales, tormentas,..
En estas situaciones, hay que tomar las máximas precauciones posibles para no sufrir un accidente o algo peor, así que aquí os traemos una serie de recomendaciones por si os encontráis en medio del camino algo más que un charco.
Ante todo, es importante conocer la previsión del tiempo y adaptarse a las posibles inclemencias evitando conducir, o en caso de tener que hacerlo que sea utilizando vías principales y no carreteras secundarias o caminos, ya que en muchas ocasiones se cruzan con torrentes secos que se inundan con facilidad cuando hay fuertes lluvias.
Además, no debemos fiarnos de la percepción que tengamos del nivel del agua ya que pueden haberse producido socavones que aumentarían la profundidad. Por lo general, empezaremos a perder el control del vehículo con una profundidad de entre 35 y 40 centímetros, mientras que a partir de los 60 centímetros nuestro vehículo ya empezaría a ser arrastrado por la corriente de agua. Si no estamos seguros, lo mejor es abandonar lo antes posible el vehículo si estamos en medio del agua, o volver atrás si no vemos cómo cruzar.
Una vez comprobado que la profundidad no es demasiada, apagaremos las luces (si puede, dependiendo la hora y la luminosidad reinante). Así reduciremos el riesgo de un cortocircuito.
Trataremos de elegir el lado de la calle, ruta o camino menos profundo. Cerraremos las ventanillas . Eso evitará que si algún otro vehículo que circula a mas velocidad o en sentido contrario levanta oleaje o salpica nos distraiga o nos obligue a realizar maniobras que nos hagan perder la concentración. y…. finalmente… nos armaremos de paciencia. La clave esta en no perder el control de la situación.
Si nos quedáramos en medio del agua tendremos que tener las siguientes consideraciones..
Mantener la calma y ser cauto es básico pero también que si se desconoce el camino exacto para llegar al destino, se desaconseja totalmente cruzar una carretera anegada. Es mejor buscar una vía principal alternativa o llamar al 112 para solicitar información.
Hay que tener en cuenta que bajo el agua pueden haber sedimentos, árboles arrancados, desprendimientos e incluso hundimientos de suelo.
Si el agua supera los ejes de las ruedas o los bajos y se empieza a perder el control del vehículo, lo mejor es abandonarlo.
Si resulta imposible abrir la puerta por la presión, hay que valorar la opción de salir por la ventanilla. En caso de no poder bajarla, se puede utilizar cualquier objeto contundente para romperla.
Al salir del coche, se hará por el lado contrario a la corriente. Se debe nadar hasta una zona segura o bien subirse al techo si el vehículo se encuentra parado.
Nunca hay que nadar contracorriente, sino a favor de la misma y siempre dirigiendo nuestro rumbo hacia una orilla, árbol u elemento seguro que nos permita agarrarnos.