Poco a poco todas las marcas del mercado están incorporando algún vehiculo híbrido en su gama, el caso de Ford es bastante extraño, ya que ya disponía de varios modelos de este tipo en otros mercados, pero en Europa son unos recién llegados.
El primero en llegar ha sido la versión híbrida del Mondeo, la berlina de la marca del óvalo, un modelo que goza de una nueva imagen y plataforma desde su remodelación ahora hace entorno a un año. El Mondeo ha sido el encargado de montar un propulsor más pensado en las necesidades de los americanos que en la de los europeos, aunque una vez en marcha reconocemos que va mucho mejor que un Toyota Prius por ejemplo. Nos explicaremos, los coches del otro lado del atlántico son grandes, suaves, silenciosos y cómodos, tienen muchos caballos pero a fin de cuentas sus relaciones de cambio impiden que les podamos dar rienda suelta y el Mondeo encaja perfectamente en esta definición, es grande, 4,87 metros, tiene un muy conseguido aislamiento y ausencia total de vibraciones y es enormemente cómodo. También en el tema de la potencia sigue la norma, con 187 caballos debería ser algo más rápido y reactivo, pero nada más lejos de la realidad, va de fábula pero no tiene ningún tacto deportivo.
Este híbrido es el resultado de la simbiosis entre un motor gasolina atmosférico de 2 litros de cilindrada y 140 caballos y un motor eléctrico de 120 cv, en total, la potencia combinada máxima es de 187 cv. Os preguntaréis por que la potencia máxima no es de 260 cv?? Pues bien por separado tienen esta potencia pero en funcionamiento conjunto el motor eléctrico solo entrega 47 caballos, por cuestiones de eficacia.
Las baterías se alojan en parte del maletero, robando algo de espacio a las maletas y dejando unas formas algo raras y unos demasiado justos 383 litros de capacidad de carga.
En cuanto al consumo nosotros conseguimos una media de 5,8 litros a los 100 kilómetros, un registro muy bueno, teniendo en cuenta que un diesel de equivalentes prestaciones no baja de esta cifra. En cuanto a la autonomía solo en eléctrico es de unos pocos kilómetros, ya que el coche no deja nunca que la batería baje mucho más allá de un cuarto de carga.
Las prestaciones son buenas pero casi cualquier coche con este nivel de potencia las supera, ya que coge 187 km/h de punta y tarda 9,2 litros para llegar a los 100 Km.
En cuanto a comportamiento, ya hemos indicado que tiene una concepción más americana que europea, con suspensiones suaves y una dirección algo lenta, perfecta para grandes viajes por autopista, dónde no conoceremos el cansancio.
En ciudad es un modelo grande y con mala visibilidad general, aquí el motor eléctrico nos será de mucha ayuda para ahorrar combustible, pero es algo torpe y lento de reacciones, la cámara de visión trasera es muy útil para aparcar. En carreteras reviradas el mayor peso de esta versión (culpa de las baterías) se nota en la inclinación de la carrocería que le resta seguridad.
El interior es amplio y muy tecnológico, con una buena calidad de acabados, el salpicadero tiene un diseño moderno. Respecto al modelo anterior de la berlina la consola central ha perdido varios botones mejorando en facilidad de uso y ergonomía. El ordenador de a bordo sigue siendo complicado de uso, aunque con el tiempo se le coge el tranquillo.
Los asientos delanteros son grandes cómodos y acogedores, te sientes como en el sillón de casa. Detrás las cotas son muy buenas y el acceso también, la plaza central trasera está más pensado para usarla solo en caso de necesidad pero las otras dos son muy cómodas.
Valoración Final. Por 33.800 euros nos llevamos un excelente coche para viajar, con un consumo mínimo, bajas emisiones y super silencioso, es el hibrido más económico si comparamos precio con tamaño pero también por precio/potencia. Si os encaja es muy recomendable.
Conócelo y pruébalo en Ford Romacar.